Uno de los recorridos más exigentes hasta el momento ascendiendo más de medio monte Everest, en total casi 5.000 metros en ascensos en tan solo 2 días. Un par de embalses, muchos ríos y cascadas, muy buenos paisajes y mucha diversión.
El recorrido
Día 1: Suesca – Embalse del Sisga – Macheta – Manta – Manta grande
Día 2: Manta Grande – Manta – Gacheta – Sueva – Guasca – Guatavita – Sesquile – Suesca
Día 3: Escalada en Suesca (Cueros al sol, Escaladictos y Luz de noche)
Día 1: Suesca – Embalse del Sisga – Macheta – Manta – Manta grande
Día 2: Manta Grande – Manta – Gacheta – Sueva – Guasca – Guatavita – Sesquile – Suesca
Día 3: Escalada en Suesca (Cueros al sol, Escaladictos y Luz de noche)
Embalse del Sisga
La aventura
Con la bici Mapalina nuevamente cargada con todo su equipaje inicié esta vez el recorrido desde Suesca para ganar algunos kilómetros y poder hacer un par de días en bici y uno de escalada.
De calentamiento inicié con un recorrido de Suesca hasta la entrada al embalse del Sisga.
Una vez allí empezó mi diversión haciendo la ruta que rodea el embalse por una vía destapada que inicia antes de llegar al puente que pasa por el mismo, por la vía a Tunja.
Este recorrido es bien tranquilo y con buena vista al embalse, tiene algunas subidas muy cortas y de poca dificultad que recomendaría a todos aquellos que estén iniciando en este mundo del ciclomontañismo ya que no presenta grandes dificultades y tiene muy buena vista.
Terminé esta vuelta al Sisga en la vía a Macheta, allí inicié un descenso por pavimentada pasando por varias caídas de agua bien interesantes.
Pasando Macheta seguí bajando hasta llegar al desvió que me llevaría hasta Manta.
Con la bici Mapalina nuevamente cargada con todo su equipaje inicié esta vez el recorrido desde Suesca para ganar algunos kilómetros y poder hacer un par de días en bici y uno de escalada.
De calentamiento inicié con un recorrido de Suesca hasta la entrada al embalse del Sisga.
Una vez allí empezó mi diversión haciendo la ruta que rodea el embalse por una vía destapada que inicia antes de llegar al puente que pasa por el mismo, por la vía a Tunja.
Este recorrido es bien tranquilo y con buena vista al embalse, tiene algunas subidas muy cortas y de poca dificultad que recomendaría a todos aquellos que estén iniciando en este mundo del ciclomontañismo ya que no presenta grandes dificultades y tiene muy buena vista.
Terminé esta vuelta al Sisga en la vía a Macheta, allí inicié un descenso por pavimentada pasando por varias caídas de agua bien interesantes.
Pasando Macheta seguí bajando hasta llegar al desvió que me llevaría hasta Manta.
uno de tantos rios
Al llegar a Manta todo iba bien, llegue a buena hora según la ruta que había trazado. Comí algo allí y seguí mi recorrido para buscar el ascenso a una laguna que estaba buscando que se encuentra a 3.200 m.s.n.m.
Después de recorrer unos 5 kilómetros saliendo de Manta empecé a subir por una trocha algo dura que al final se convirtió en un camino de herradura. Preguntando a un campesino del lugar, me comentaba que si, efectivamente por allí se llegaba a la laguna pero el camino es muy duro y tarda como 3 horas en llegar. Al ver esa trocha no dude en lo que el hombre me decía, ya que eran puros escalones en tierra, casi imposibles de subir con la bicicleta y todo su equipaje. El señor me dijo que había una ruta más “carreteable” pero que no la conocía bien, me dio las indicaciones para llegar y aseguro que allí podría acampar y seguir mi camino hasta la laguna a pie.
Decidido a conocer esta laguna di media vuelta de regreso a Manta en busca de esa ruta.
Cuando llegué nuevamente a Manta a buscar mi ruta empezó a llover durísimo, aunque eso no me detuvo. Inicie la subida, bastante larga por cierto, y una vez llegué al desvío a la laguna la vía destapada se convirtió en una fuerte trocha.
A pesar de la lluvia, el frio y la trocha logre llegar a lo alto de este cerro pero lamentablemente me encontré con un letrero que indicaba que el camino real que conducía a la laguna tenia una duración de 4 a 5 horas a pie. Eran ya las 6.30 de la tarde y llovía bastante, por lo que arme carpa en ese sitio para decidir que hacer al día siguiente.
Después de recorrer unos 5 kilómetros saliendo de Manta empecé a subir por una trocha algo dura que al final se convirtió en un camino de herradura. Preguntando a un campesino del lugar, me comentaba que si, efectivamente por allí se llegaba a la laguna pero el camino es muy duro y tarda como 3 horas en llegar. Al ver esa trocha no dude en lo que el hombre me decía, ya que eran puros escalones en tierra, casi imposibles de subir con la bicicleta y todo su equipaje. El señor me dijo que había una ruta más “carreteable” pero que no la conocía bien, me dio las indicaciones para llegar y aseguro que allí podría acampar y seguir mi camino hasta la laguna a pie.
Decidido a conocer esta laguna di media vuelta de regreso a Manta en busca de esa ruta.
Cuando llegué nuevamente a Manta a buscar mi ruta empezó a llover durísimo, aunque eso no me detuvo. Inicie la subida, bastante larga por cierto, y una vez llegué al desvío a la laguna la vía destapada se convirtió en una fuerte trocha.
A pesar de la lluvia, el frio y la trocha logre llegar a lo alto de este cerro pero lamentablemente me encontré con un letrero que indicaba que el camino real que conducía a la laguna tenia una duración de 4 a 5 horas a pie. Eran ya las 6.30 de la tarde y llovía bastante, por lo que arme carpa en ese sitio para decidir que hacer al día siguiente.
El amanecer desde mi carpa
Por lo tarde que era al momento de acampar no había notado el gran sitio donde me encontraba y el amanecer allí me llevo una gran sorpresa; un excelente sitio rodeado de montañas piedras grandes y muchos arboles. Una soledad encantadora en este sitio. Me levante a las 6 a.m. y fascinado por el lugar, me recosté en una de las rocas y allí me quede dormido otra hora más. Siendo las 7 hice la respectiva sesión de fotos, recogí el equipo y baje a desayunar en Manta para retomar mi camino a Gacheta.
Decidí no ir a la laguna por tener que cargar mi bicicleta y todo su equipaje por ese camino real mojado, ya he transitado por varios caminos reales con sus piedras mojadas en mi bici, pero hacerlo con todo el equipaje me parecía demasiado. Además estaban en fiestas en el pueblo por lo que muy seguramente nadie subiría ese día por esos lados, por si algo llegaba a pasar. Adicionalmente por el tiempo que se estimaba para hacer el recorrido hasta la laguna no era muy conveniente hacerlo ya que me quedaba mucho camino de regreso.
Retomando el camino hacia Gacheta no fue tan fácil como había planeado, este tiene un ascenso bastante largo como de 20 kilómetros en via destapada con muchas piedras que lo lleva a uno hasta 2.800 m.s.n.m. para luego bajar nuevamente hasta el pueblo Gacheta que se encuentra a 1.700 m.s.n.m. Este recorrido tiene muchas más caídas de agua y mucho más interesantes.
Llegue a Gacheta un poco tarde, como a la 1.30 p.m. y tenia planeado tomar una ruta destapada que me subiría hasta un páramo y me llevaría a Guatavita, pero debido a la hora y lo exigente del recorrido decidí más bien tomar la vía pavimentada que conduce a Guasca, cosa que tampoco era fácil pero muy seguramente no me encontraría ninguna sorpresa inesperada en el camino.
Bastante cansado llegue a eso de las 6.30 de la tarde a lo alto del páramo de Guasca a 3.400 m.s.n.m.
Decidí no ir a la laguna por tener que cargar mi bicicleta y todo su equipaje por ese camino real mojado, ya he transitado por varios caminos reales con sus piedras mojadas en mi bici, pero hacerlo con todo el equipaje me parecía demasiado. Además estaban en fiestas en el pueblo por lo que muy seguramente nadie subiría ese día por esos lados, por si algo llegaba a pasar. Adicionalmente por el tiempo que se estimaba para hacer el recorrido hasta la laguna no era muy conveniente hacerlo ya que me quedaba mucho camino de regreso.
Retomando el camino hacia Gacheta no fue tan fácil como había planeado, este tiene un ascenso bastante largo como de 20 kilómetros en via destapada con muchas piedras que lo lleva a uno hasta 2.800 m.s.n.m. para luego bajar nuevamente hasta el pueblo Gacheta que se encuentra a 1.700 m.s.n.m. Este recorrido tiene muchas más caídas de agua y mucho más interesantes.
Llegue a Gacheta un poco tarde, como a la 1.30 p.m. y tenia planeado tomar una ruta destapada que me subiría hasta un páramo y me llevaría a Guatavita, pero debido a la hora y lo exigente del recorrido decidí más bien tomar la vía pavimentada que conduce a Guasca, cosa que tampoco era fácil pero muy seguramente no me encontraría ninguna sorpresa inesperada en el camino.
Bastante cansado llegue a eso de las 6.30 de la tarde a lo alto del páramo de Guasca a 3.400 m.s.n.m.
Manta
El páramo no deja de conservar su misterio y Mapalina (mi bici y la diosa de la neblina) me siguieron durante todo el recorrido en lo alto de este páramo. La sombra de los frailejones que difícilmente se veía por la neblina parecían personas, grandes y pequeñas, que observaban y seguían mi pedalear bajo ese frio y la luz tenue de la luna y mi linterna frontal. Encantador y misterioso, no deja de gustarme el páramo.
El descenso a pesar de ser en vía pavimentaba era bastante tenebroso también ya que mi visibilidad no superaba los 3 metros por delante mio y a 40 km/h, que fue lo máximo que me atreví a bajar, llega a ser bastante extremo. Hay que estar muy alerta todo el tiempo. Un recorrido en descenso bastante tenso.
Una vez en Guasca me tranquilice un poco y continúe mi camino subiendo a Guatavita acompañado de la luna casi en plenilunio iluminando mi camino y el embalse de Tominé, luego bajando por Sesquilé y terminando en Suesca, donde a las 9 p.m. me esperaba mi novia y unos amigos con una deliciosa y gigante hamburguesa, papas a la francesa, postre de fresas y muchooo liquido… aahhhggg que más se le puede pedir a la vida!!
Al tercer día cerre con 3 rutas de escalada en Suesca, una perfecta combinación: bici y escalada.
Al final 220 kilómetros de recorrido, 4.950 metros en ascenso, muchos ríos y cascadas y mucha diversión. ME ENCANTA ESTE MUNDO EN BICI!!!!
El descenso a pesar de ser en vía pavimentaba era bastante tenebroso también ya que mi visibilidad no superaba los 3 metros por delante mio y a 40 km/h, que fue lo máximo que me atreví a bajar, llega a ser bastante extremo. Hay que estar muy alerta todo el tiempo. Un recorrido en descenso bastante tenso.
Una vez en Guasca me tranquilice un poco y continúe mi camino subiendo a Guatavita acompañado de la luna casi en plenilunio iluminando mi camino y el embalse de Tominé, luego bajando por Sesquilé y terminando en Suesca, donde a las 9 p.m. me esperaba mi novia y unos amigos con una deliciosa y gigante hamburguesa, papas a la francesa, postre de fresas y muchooo liquido… aahhhggg que más se le puede pedir a la vida!!
Al tercer día cerre con 3 rutas de escalada en Suesca, una perfecta combinación: bici y escalada.
Al final 220 kilómetros de recorrido, 4.950 metros en ascenso, muchos ríos y cascadas y mucha diversión. ME ENCANTA ESTE MUNDO EN BICI!!!!